
Por un lado, la mujer desea que el embarazo llegue a su fin y conocer a su hijo; por otro siente ansiedad y temor ante la inminencia del parto. Sin duda, la información es el arma más eficaz para combatir el miedo al parto. A diferencia del pasado, las mujeres de hoy están más preparadas e informadas para afrontar este momento.
Si la mujer conoce bien el proceso del parto y ha practicado las técnicas de respiración y de relajación para el mismo, tendrá un mayor control sobre el dolor y podrá colaborar mejor en el parto. Además no hay que olvidar que con los avances médicos y los cuidados prenatales durante el embarazo se han reducido enormemente los riesgos para madre e hijo.
Antes de que se produzca el parto conviene prever ciertos aspectos para facilitar la llegada del bebé, y que ésta no nos produzca estrés. Conviene preparar una pequeña maleta con aquellos objetos imprescindibles que podamos necesitar en el hospital cuando nazca el bebé. Leer más...
Algunas mujeres también suelen calcular la distancia que hay desde su domicilio hasta el hospital y planficar con quién dejar a los niños, en caso de tener más hijos. Esto conviene hacerlo unas semanas antes del parto. La razón principal es que el parto se puede retrasar o adelantar respecto a la fecha prevista.
La mayoría de las mujeres da a luz entre las semanas 38 y 42 de la gestación, cuando se considera que el embarazo ha llegado a término. Pero es difícil saber el momento exacto del inicio del parto. La fecha probable del parto (FPP) no es más que una idea aproximada cuyo cálculo se basa en una cuenta de cuarenta semanas desde el primer día de la última menstruación. No es raro que el parto se inicie unos días o incluso unas semanas antes o después de la fecha prevista.
Son determinados cambios hormonales y endocrinos que surgen de una parte del sistema nervioso central del feto y de la madre, denominada hipotálamo, los que desencadenan el parto (en contra de algunas hipótesis según las cuales el parto se originaba a partir de cambios en la placenta, en las membranas y en el líquido amniótico). También las situaciones de estrés o las lesiones cerebrales de otras zonas del sistema nervioso pueden provocarlo.
El parto se suele dividir en tres fases: dilatación del cuello uterino, expulsión, que culmina con el nacimiento del bebé y alumbramiento, es decir la expulsión de la placenta.
La frecuencia y la intensidad de las contracciones permiten determinar en qué momento del parto se halla la mujer. Si las contracciones se repiten cada cinco minutos, es aconsejable acudir al hospital porque el parto ya ha comenzado.
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