Hace muy poco vuestros niños comenzaron el cole con una ilusión enorme por reencontrarse con sus amigos y retomar la relación que dejaron antes del verano. Pero por desgracia, puede pasar que con el tiempo se encuentren con un problema bastante frecuente que, como sabemos, no solo afecta a los niños: los complejos.
A los ocho o nueve años de edad, vuestros hijos ya son capaces de distinguir las reacciones de los demás hacia ellos. Puede que se subestimen porque piensen que son inferiores físicamente o intelectualmente, lo que les provocará miedo y complejos.
Puede que se comparen con los demás físicamente: la altura y el peso se convierten a veces en un calvario para los niños que no se ven como el resto.
La introversión es otro complejo frecuente en los niños: valoran en exceso lo que piensen de ellos y se anticipan a lo que puedan pensar, lo que les lleva a inhibirse por completo.
Esto puede evitarse si como padres enseñáis a vuestros hijos a ser capaces de pensar por sí mismos y a poder decidir sobre algunas cuestiones. De esta forma, crecerán superando los rechazos que vengan del exterior y no dejaran que esto les afecte.
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